miércoles, 16 de diciembre de 2009

Porque de cualquier forma...

nadie me espera...
Nadie espera mis palabras, mis sonrisas, mis caricias...
Nadie espera que aún ame, que aún esté hecha trizas, que espere, que grite, que vomite...
Vomito desde dentro, desde las entrañas, las palabras son vómito de mi mente y no pueden parar, me siguen, me acosan, me persiguen y las veo y las siento y las presiento...
Y ya no quiero tener palabras, quiero que se acaben, quiero que mi mente se despeje, no se ahogue, o me asfixie...
Quiero adivinar, no suponer, quiero encontrar, no perder, quiero...quiero tanto...amo tanto...
Todo está lejos, sólo yo estoy cerca y sin mí no existiría, estaría en la marea del mar, ahogada, sin sentido, perdida; si no fuera por mí, para mí...nada tendría sentido, ni pararme, ni escribir, ni vivir...
Me levanto por mí, lucho por mí y me enorgullezco de mí, cada día es porque me amo, porque cada día me descubro más fuerte dentro de la tristeza, diario lucho una batalla contra la depresión y sigo ganando, sigo contando los puntos a mi favor, sigo descubriendo adentro de mí, lo mejor, mi fuerza, mi paciencia, mi yo, sigo siendo yo...
Pero hay momentos como ahora que quisiera salir gritando sin sentido, volar en el vacío, detener al universo y explicarme cómo rueda la tierra, cómo giro sin sentido...
Necesito mil gritos al aire, necesito que el tiempo pase, que se detenga, que no exista, necesito paciencia y fluir y callar, quiero pero no quiero....

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